La primera vez que Manuel y yo comimos estos mejillones fue en el Chez Leon, un restaurante que nos habían recomendado cerca de la Grand Place de Bruselas. Parece extraño que en una ciudad de interior como Bruselas la epecialidad sean los mejillones, pero así es. Y siempre los acompañaban con patatas fritas. Aún recordamos como se los "breaba" una niña de 8 años y la forma en que lo hacía. Utilizaba la cáscara del primer mejillón a modo de pinzas y así cogía una velocidad increíble y por supuesto no se manchaba nada. Así que a partir de ahí, la copiamos. Nos gustaron tanto que hemos repetido varias veces allí, y luego los hemos reproducido en casa. Son realmente fáciles de hacer y están, mmmmmmmmmm!!!
INGREDIENTES:
- 1 kg de mejillones
- 200 ml de nata
- un vaso (de agua) de vino blanco
- apio
- 1 cebolla
- perejil
ELABORACIÓN:
Lo primero que hay que hacer es limpiar muy bien los mejillones, quitándoles las "barbas" y las conchas que tienen pegadas. Una vez linpios, ponemos en una cazuela con aceite, la cebolla y el apio y esperamos hasta que se poche. Añadimos los mejillones y la copa de vino y dejamos que se evapore parte del alcohol y a que se abran los mejis. Por último echamos la nata, el perejil y si se quiere un poquito de pimienta negra.
A mí me gusta que la salsa ligue un poco, así que si veis que está muy líquida, sacáis los mejillones de la cazuela, para que no se pasen y dejais reducir la nata.
Ya está, a que es realmente fácil???? Espero que los hagáis!!!
